domingo, 12 de mayo de 2013

Sacrificio - Vilo Arévalo Pérez


Llevo atados hilos que nunca me dejaron ser un niño de verdad y me aprisionaban en mi creciente mentira, mientras que por temor a hipotermia caliento la hoguera que alimentaré.
Mis astillas me obligaban a lastimarte, papá, cuando acariciaba tus arrugas, cuando intentaba calmar tus antiguas penas. Por favor perdóname.
Mamá murió antes de que yo naciera del tronco de un pino y en soledad te dejó  para que anhelaras la vida normal que yo nunca podré darte.
Me hiciste como un juguete, soñando en tu hijo no encargado, un corazón se me dio para la vida imitar. Fui especial por ser marioneta con alma y a pesar de mi falta de carne, en las noches yo podía soñar.
Dentro de un enorme monstruo de mar estamos, por culpa de mi falta de conciencia, y tú estás respirando tu último aliento de amor traicionado.  ¡Abre tus ojos papá!, yo te regalaré lo que necesitas… me regalaste la vida ahora este es mi  obsequio. En el fuego que toma mi existencia, para que tu corazón lata un poco más me arrojaré. Adiós papá…
Papá, no sabes cómo duele sentir las lamidas de estas lenguas candentes, pero me alegra ver que recuperas el color. Todo se vuelve borroso por el humo. No siento mis piernas. El dolor ya acabará pronto. Papá, despierta que la ballena se mueve. Parece que mi humo le molesta. Papá, disculpa por no hacerte caso y estudiar. Realmente fui un burro de madera.
Mi cuerpo pequeño parece ser del agrado del fuego. Me está devorando más rápido con cada segundo. Se viene un estornudo que te despertará. Papá, vive por favor…Yo ya no podré estar.

Sobre el autor: Vilo Arévalo Perez

No hay comentarios.: