viernes, 27 de abril de 2012

Responso - Daniel Frini


Ha muerto de muerte natural, en su casa y en su cama; rodeado de quienes lo amaron y estuvieron a su lado durante toda su vida.
Fue feliz, afortunado y triunfó en los negocios. Tuvo padres amorosos y la mejor infancia. Le tocó vivir años de paz y prosperidad. Fue querido por sus amigos y admirado por sus pares. Tuvo una esposa amantísima, que le dio excelentes hijos. Estuvieron juntos, con adoración y ternura, y no se recuerda que hayan vivido momentos malos. La respetó y cuidó; y también lo hizo con sus hijos, que fueron extraordinarios y jamás le dieron motivos para enojarse. Fueron su más grande motivo de orgullo.
Viajó por el mundo entero. Conoció las mejores personas y se empapó de cultura e historia —lo que siempre le encantó— y conoció los más asombrosos lugares.
Llegó a cumplir ochenta y cuatro años. Toda su vida se aburrió soberanamente. Ha muerto de hastío. De cansancio. De asco.

Acerca del autor:
Daniel Frini

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