martes, 24 de enero de 2012

Ironías de la muerte - Carlos Rodríguez


Más allá del atardecer no logré sobrevivir, solo recuerdo que en la última mitad de mi vida no creí en la vida después de la muerte, para mi la vida era nada más que el resultado de las leyes del azar que jugaban con los elementos existentes de la tierra, la existencia de la humanidad no era más que (haciendo una analogía) la reacción de una roca cayendo en el agua calma logrando la reacción de ondas que existirían en tiempo y en espacio hasta que la misma naturaleza y las leyes de la misma hicieran que cesara. Ahora había muerto y me encontraba pensando esto hasta que una voz me dijo que me acercara, lo hice y encontré el paraíso, Darwin y Russel me daban la bienvenida al mismo tiempo que hablaban de algún tema de ciencia con Einstein y se jactaban de la tetera del segundo. Después de eso mi vida terminó, como siempre lo supuse.

Tomado de Microtexteando

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