martes, 29 de junio de 2010

Teratos - Adriana Alarco de Zadra


Soy Hilario. Desde pequeño podía caminar, correr y saltar mucho más alto y más ligero que mis compañeros. Mientras ellos tenían sólo dos piernas, yo tenía cuatro que me ayudaban a ser rápido y veloz. El entorno, luego de las catástrofes del medio ambiente, causó cambios orgánicos en los seres humanos.
Aquí en Teratos se usan las piernas múltiples para producir energía. Nadie trabaja sentado. Todos lo hacen caminando sobre cintas rodantes que mueven la maquinaria.
Existen muchos seres extraordinarios y potentes. Los cíclopes mueven rocas en las montañas; los enanos hidrocéfalos son genios pensantes que han ideado esta ciudad del futuro. Las sirenas trabajan como jardineros acuáticos después del desastre ecológico producido en los océanos. Se dedican a cuidar corales, algas y plantas acuáticas y a revivir peces y mamíferos. La grandeza de esta ciudad está en su multiplicidad, en su duplicidad y su embriología experimental.
Cuando estudiaba en la Universidad Científica lo hacía caminando y produciendo energía, sin moverme del laboratorio. Experimentaba con membranas para usar como parches en los miembros dañados por los rayos que están destruyendo a los humanos. Los seres más fuertes resultaron ser aquellos que en la antigüedad se consideraban deformes y se culpaba de ello a una imaginaria posesión demoníaca. En cambio, son variaciones, mutaciones, modificaciones o desviaciones de un fenómeno anormal. Podría decirse que son anomalías del desarrollo que conducen a la formación de personajes dobles o duplicidad embrionaria, antiguamente llamados “monstruos”. Anomalías primitivas de la evolución producida por la sistemática destrucción del medio ambiente.
Entendí que a veces se producen dos núcleos en la masa celular formando embriones distintos y distantes con igual potencia evolutiva y el desarrollo de la duplicidad. Por eso estudié ciencias y me fascina clonar personajes dobles como los siameses. Esa fue la decisión más importante que tomé en mi vida. Clonar “monstruos”.
Empecé con seres de dos cabezas que piensan mejor que una. El ser con dos cabezas siente doble felicidad, tiene doble éxito y doble progreso en Teratos. Los ciudadanos de esta ciudad son generalmente asimétricos, a veces nacen con más de cinco dedos en las extremidades, o con una sola pierna que serían los sirenios, o con las extremidades reducidas. Y los seres dobles, cuando son siameses y tienen dos cabezas, son siempre del mismo sexo.
Actualmente estoy estudiando la posibilidad de clonar en una sola persona, los dos sexos, que no es el hermafroditismo conocido desde la antigüedad. Más bien sería un ser con doble personalidad, con dos cabezas y dos sexos y, quizás también, cuatro piernas para poder caminar más rápido, como yo. En ese caso, no habría la necesidad de unir dos personas para tener relaciones, sino que los seres con dos sexos podrían tener relaciones con sí mismos.
Ese sería mi experimento mayor. Y yo, Hilario, doctor en Teratología, podría recibir la condecoración más importante de la ciudad de Teratos si llego a lograrlo: El premio mayor por el “Futuro Ser Perfecto”.

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