miércoles, 17 de marzo de 2010

El fracaso del Profesor Edwin von Aachem – Daniel Frini


Doce horas antes de la presentación, trató por última vez de encontrarla. Media hora antes, se dio por vencido. La colección no estaría completa. Una verdadera lástima, después de casi cuarenta y seis años de trabajo duro. Y sólo faltaba una. Iban a estar allí todos los artistas: músicos, cantantes, pintores, poetas, actores, bailarines, escritores. El Centro Pompidour lleno, y él no podía cumplir lo prometido. ¡El fracaso era total! Su honra, su honor, su prestigio; arrastrados y pisoteados. Sería la eterna burla de los académicos. Cuarenta y seis años de vagar por toda Grecia, por el cercano oriente, por el Egipto; desde Iberia hasta la Cólquida, desde el Círculo Polar hasta el Ecuador. Y había podido encontrarlas a todas, menos a una. Había reunido una cincuentena de las consideradas menores; y sólo ocho —¡sólo ocho! —de las mayores.
No pudo soportarlo. Decidió suicidarse. Pero, al menos, debía mostrar la importancia de su fracaso; y no morir en vano. El mundo debía entender la enormidad de su empeño y lo terrible de no haber completado la empresa. Decidió subir a lo más alto de la cúpula del museo y arrojarse justo encima de la fuente de agua cristalina. Una caída de más de treinta metros, sobre la estatua de la Victoria con su espada en alto. Atravesado por ella, teñiría las aguas de rojo. Así, al menos, no sería olvidado.
 Abajo todos los invitados esperaban, animados, a que se abrieran las puertas del salón principal para admirar la muestra que ellos suponían completa. Se arrojó. Un segundo antes de ser herido por el arma, la vio. Justo detrás de aquella columna: Melpómene, la que había inspirado semejante tragedia. Sonrió. Su honor estaba a salvo. Por fin, y a pesar de todo, la colección de las musas estaba terminada.

5 comentarios:

Víctor dijo...

Muy mitológico, Daniel. Me recordó al final de "Seven", la película. O sea, que me gustó.

Un saludo.

Javier López dijo...

Me gustó sobre todo la ambientación. Coleccionismo, estatuas, escritores, músicos, Centro de Exposiciones... cultura y bohemia.
Muy buen cuento, Daniel.

Daniel Frini dijo...

Gracias, Javi y Víctor. Con lectores como ustedes, cualquier escritor está hecho.

Paula jansen dijo...

Simplemente Excelente!

griselda frini dijo...

seguimos suicidándonos juntos Manito!!!!