miércoles, 26 de noviembre de 2008

Taza de té - Adriana Med


Taza de té - Adriana Med

La mañana de ayer parecía igual a todas las mañanas: fría, desafiante, maldita. Me había levantado de mi cama tratando de recordar la pesadilla que tuve esa noche —por razones que no preciso explicar ahora— un tanto confundida, un tanto somnolienta. Había pensado, había tosido, había pronunciado palabras que no lograban enlazarse entre sí para formar frases coherentes. Había escupido sobre la televisión, no sin pocas razones, que por ahora omitiré. Había llorado internamente. Entonces, bostecé. 
Y de pronto yo estaba ahí: sentada en la solitaria cocina de esa cosa llamada hogar, mirando mi, muy bella, taza de té. Esa taza de té que aún teniendo 17 cucharadas de azúcar desprendía ese sabor amargo y pálido que tienen todos los tés. Pocas personas lo saben, pero cada vez que tomo una taza de té siento la incontrolable necesidad de patear un bote de basura. Miré a mis alrededores; atrás del refrigerador, junto a la puerta de la cocina, junto a la puerta principal, junto al retrete, en el jardín... no encontré ninguno. 
Salí a la avenida principal en busca de algún cesto y al fracasar en tal búsqueda, extendí ésta por toda la colonia, el municipio y la ciudad. Toqué puertas, exploré centros comerciales, escruté las azoteas de los edificios y pegué un letrero de "Se busca" en el bar ilegal de la calle Goethe. Nada pasó. 
Atravesé el océano pacífico, viaje a Gran Bretaña, anduve por Penny Lane, conocí la Torre Eiffel. Encontré roedores, mucha gente, y encontré el amor. Pero no encontré ningún bote de basura. 
Hoy estoy aquí, junto a una nueva taza de té, reflexionando entre ambiguos recuerdos y vagos pensamientos. Mis piernas y mis pies poco contentos están con mi persona, con las personas, con el gobierno —ese gobierno tan infantil como mi propia existencia— y al asimilar toda esta situación, la pregunta es inevitable: ¿Dónde están los botes de basura cuando se les necesita?

1 comentario:

Amélie dijo...

no sé dónde están pero son indispensables, sin duda.