miércoles, 26 de noviembre de 2008

Dios trabaja de maneras misteriosas 1 – Saurio


Salir una noche de invierno por Corrientes, repitiendo el repetido acto de revolver bateas de libros usados, desempolvando autores que con el tiempo y la lectura podrán convertirse en influencias o antiinfluencias o ni siquiera eso, pagando por acumulaciones de pesadillas y laberintos ajenos que si uno fuera sensato rechazaría con la convicción de un fanático y gastaría su poco dinero en banalidades más útiles, aunque para saber que el conocimiento es dolor hay que conocer el conocimiento y por lo tanto la paradoja o la falacia o el más vicioso de todos los círculos.
Tras lo cual vagar entre catervas de consumidores de teatros o cines o trovas cubanas, esquivando volantes para obras vocacionales o pizzerías en oferta, leyendo salteado y en tránsito viajes al fin de la noche o libros del desasosiego o crucifixiones rosadas, hasta que el tropezar se hace intolerable y entonces terminar en el caldoso aire de un bar, apoyado con la espalda en la pared y el brazo izquierdo en el respaldo, calculando los lustros de permanencia en estante de hispanos jereces y cajas de whisky con ilustraciones psicodélicas o construyendo figuras geométricas con el escaqueado blancoinegro del gastado piso, repitiendo discipularmente gestos henrymillerianos en un cuaderno naranja, anotando transcurrires y situaciones que con el tiempo mutarán hasta convertirse en cuentos o poemas o capítulos o basura.
Y con la casual conveniencia en que llega todo al que espera lo inesperado o inespera lo esperable o que simplemente presta demasiada atención a cada modesto átomo un pibe vendiendo curitas se le acerca a uno, le tira de la barba y exclama categórico pese a que la realidad lo refuta “A vos te cortaron una pierna” para luego perderse nuevamente entre las mesas y la caridad de los presentes, ausentes de la patafísica manifestación de lo divino que lo deja a uno pensando hasta que años después escriba un metafórico poema sobre crueldades y paranoias y un ojo de la tormenta, dios inquisidor, que no te atrapará, no te atrapará.

No hay comentarios.: