martes, 21 de octubre de 2008

Una de dos - Fabio Ferreras


¡Ma sí, se va todo al carajo! O la mato a ella o me mato yo: me da lo mismo una cosa que otra. Si la limpio a ella, lo hago con este revólver y en el medio del marote, así no tiene tiempo para enterarse de nada. Y si me limpio yo se me terminaron los problemas, qué tanto joder...
Ahí llega. No me da ni cinco de bola. Entra como si nada, la trola de mierda, sin dignarse a mirarme, que la parió, hace días que se viene haciendo la ofendida y eso que la que me metió los cuernos fue ella. Te lo buscaste, negra: el que te mete un balazo soy yo.
Le apunto y gatillo, pero el disparo no sale. Y ella se me viene caminando lo más chota, guardándose la llave en el bolsillo. Me atraviesa y se encierra en la cocina a mirar televisión, como hace siempre desde que está sola.
La puta madre, entonces el que se limpió fui yo. Lo peor de todo es que me voy a olvidar de nuevo, y mañana la trataré de matar otra vez...

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