domingo, 23 de febrero de 2014

El pacto - José Alfredo Padilla


Acordaron la cita en un bar de mala muerte. Ella, mujer hermosa que despertaba intensas pasiones. El la cortejó como todo un caballero, anhelando poseerla, más ella nunca lo permitió. Terminada las copas de vino dialogaron bajo la luz del candelabro sobre el amor que tanto ocultaron. -Lo sé, me he olvidado un poco de ti.- dijo ella. -¿Esta muerto?- pregunto Sancho. -Sí, hace unas horas. Tomó de la copa envenenada. Entregué a su familia la armadura, el escudo y su lanza. Ya no existirán amores idealizados.” Atrás quedaron los discursos sobre la caballería, molinos gigantes y bellas doncellas. Sancho, desengañado por vanas promesas de fama y fortuna, atestado de soberbia, llevo a cabo su el plan. Terminado el vino, Sancho y Dulcinea entrelazaron sus miradas y partieron hacia una posada donde ahí subyugaron sus cuerpos a la más intensa pasión. Ya sin obstáculos no había motivo para ocultar su amor. En un suspiro final Don Quijote logro advertirle a su corcel: “Diles que no me maten…..” Esa noche, salieron a la búsqueda del único testigo: Rocinante .La observación del crimen a simple vista no permite descubrir el mas mínimo fallo.


Acerca del autor: José Alfredo Padilla

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