martes, 18 de febrero de 2014

Anticipaciones - Cristian Mitelman


Una mañana me crucé con una mujer de unos cincuenta años en una esquina de Monserrat y en mi mente me estallaron estas palabras: ¨Decile a Marcos que lo perdono; no dejes de decírselo¨. Me llamó la atención, porque nunca había visto a esa señora y no conozco a ningún Marcos. Lo cierto es que algunos días después me sucedió lo mismo en el Subte. Pasó un vendedor ambulante y de pronto escuché en las galerías de mis pensamiento esta reflexión: ¨Ojalá que nadie lo sepa; ojalá que se pase el dolor. Hace tanto que no viene Claudia¨. ¿Qué clases de palabras eran esas? ¿Por qué interrumpían el flujo normal de los nombres y las circunstancias de mi mundo? Más tarde comprendí… Tenía la habilidad de captar la frase final de personas que me eran ajenas; esa frase que antecede al vértigo de la disolución. Volví a experimentar lo mismo otras siete veces. Los hombres y mujeres siempre me eran ignotos. Las circunstancias en que los veía, absolutamente pasajeras. Una mañana enfrenté mi rostro en el espejo. Un pensamiento me conmovió: ¨Laura, siempre lo supe. No importa. Ya no importa¨. ¿Quién es Laura? ¿Cómo llegará a mi vida? ¿Qué es lo que, a la vuelta de los años, habrá dejado de importarme? Me afeito. Salgo a la calle. Sin que pueda evitarlo, la marejada de rostros me lleva, inexorable, a un encuentro.

Acerca del autor: Cristian Mitelman

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