jueves, 2 de mayo de 2013

Florilegio - Rafael Blanco Vázquez


Yo estaba en un festival de teatro al aire libre. Una chica que había a mi lado se puso a hablarme. Al cabo de un rato se presentó:
—Me llamo Georgina, ¿y vos?
—Juan Carlos.
—Yo soy de Acuario, ¿y vos?
Fui a besar a Julieta, se dejó hacer. Cuando paramos dijo:
—Ante todo quiero que sepas una cosa. Yo no puedo salir con vos porque, como Géminis que soy, me disperso demasiado y no tengo ganas de concentrarme.
Camino y yo nos besamos en un bar. Luego seguimos bebiendo tranquilamente.
—Eres un tipo solitario, ¿verdad?
—Me gusta estar solo, es un hecho.
—Es como mejor se está, con Diosito.
—¿Perdón?
—Con Diosito.
—De verdad que no entiendo lo que dices. Qué significa condiosito, ¿es un apelativo cariñoso?
—Quiero decir con Dios, con el Señor, con el Creador.
—Ah, vale.
—Uy qué cara has puesto. ¿Que no crees en Dios? Ay pero qué cosa más tierna.
Y tras soltar una carcajada, me dio un beso en la frente.
A Jimena le pregunté qué tal le iba con los hombres.
—Hay uno que me ronda, pero es que no le gustan los animales.
Luna y yo nos conocimos un jueves. El sábado me dijo:
—Está rebueno tener un amigo como vos.
—¿Un amigo?
—Sí. Sos inteligente, divertido, mordaz. Y sos un langa.
—¿Un langa?
—Un galán, un tipo atractivo.
—Si no fuéramos amigos, pensaría que me estás ligando.
—¿Cómo decís eso? Para mí sos un hermano.
Y empezó a hablarme de un tipo que le había hecho tilín.
Nuria y yo estábamos muy calientes. De repente me sacó la mano de la bragueta y me propuso:
—Vamos a mi casa pero con la condición de que no seas miedoso.
—¿Miedoso por qué?
—Porque desde hace un tiempo la habitan unos fantasmas que cierran y abren las persianas del salón.
—¿Estás en serio?
—¿Tengo cara de estar de broma?
—No, no, perdona.
(Por un momento tuve miedo de quedarme sin meterla).
Cuando supo que habíamos nacido en el mismo año, Bianca me informó:
—Sos Rata.
—¿Rata?
—En el horóscopo chino.
Cuando supo que nos llevábamos tres días, Bianca se emocionó:
—Ambos somos Rata y Tauro.
—¿Y eso es bueno o malo? Porque yo de estas cosas no entiendo.
—Yo tampoco. Eso es lo fascinante, ¿no? De todas formas, seguro que tenemos distintas cartas natales, porque eso ya depende del día y la hora del alumbramiento.
—Pues ya me quedo yo más tranquilo.
—Esta misma noche me informo, y veré también qué somos en el horóscopo maya.
Con Ludivine llevaba saliendo un tiempo. Un día me dijo:
—Mañana voy con mi madre a ver a un tipo que lee el futuro. ¿Quieres venir?
—La verdad es que no.
—Pues cometes un error terrible. Se trata de un tipo serio y con carrera. Estudió en La Sorbona.
—Y qué le vais a preguntar.
—Mi madre necesita saber si conocerá a sus nietos.
A Jimena le pregunté qué tal le iba con los hombres.
—Es que es muy difícil encontrar a un tipo al que le gusten los gatos y los perros, que sea vegetariano y budista, que me lleve más de diez años, que comparta mi pasión por el teatro y mi afición al mentalismo y que, sobre todo, me quiera por lo que soy.
Iris me besó sin mediar palabra. Le estaba tocando las tetas cuando me pasó los dedos por la oreja y frunció el ceño:
—Este arito no me gusta nada. Te lo vas a tener que quitar.
Fabiana y yo nos conocimos en una fiesta. Quedamos al día siguiente. Antes de nuestra cita fui al cine.
—¿Qué te ha parecido la película?
—Una mierda.
—Te ruego que en adelante no digas tacos delante de mí.
Rita se tenía que ir. Le confesé:
—Me encantaría volver a verte.
—No sé cuándo podré, estoy muy ocupada estos días.
—Llámame cuando te parezca.
—Ah no. Yo no llamo. Nunca llamé a un hombre en 40 años de existencia, no pienso empezar ahora.
La madre de Summer me contó cómo conoció a su marido:
—Yo tenía 37 cuando conocí a Steven. Fue en una cena con amigos comunes. Congeniamos enseguida. Era tan ocurrente. Y me encantaban sus aires de golfillo. Cuando me propuso tomar una copa a solas se lo dejé bien claro: “Yo quiero ser madre y no me queda mucho tiempo. Si tú estás dispuesto a fecundarme, salgo contigo. Si no, no tengo edad para tonterías”. Y aquí nos tienes, 30 años más tarde y disfrutando de esta cosita hermosa que tan bien conoces. Sólo cuando nació Summer me sentí completa.
Mafalda presidía la mesa:
—Tengo 40 pirulos. Ya hice todo lo que tenía que hacer. Me casé, tuve dos pibes a los que quiero. Ya cumplí con mi obligación. Ahora que recién me divorcié, quiero hacer teatro.

Sobre el autor: Rafael Blanco Vázquez

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