domingo, 14 de abril de 2013

Un ama de casa perfecta - Paula Duncan


Sola en su cuarto pensaba: “no puede ser; cada cosa que hago para convertirme en una buena ama de casa termina en desastre”.
Y repaso; cuando se dispuso a realizar una limpieza general; la cañería del desagüe del patio se tapo; ella solo pudo gesticular como si un extraño ser la hubiera poseído, mirando anonadada como el agua entraba en la casa y la convertía en un raro paisaje lacustre.
El día que decidió lavar un suéter de lana rojo se distrajo armando un poema en su cabeza y el agua estaba algo más que tibia; conclusión quedó dos talles más chico y de color rosado.
Pero ella no dejaba de intentarlo.
Fue valiente, se puso a cocinar una rica salsa, y en eso estaba cuando un sonido dulce y de varios colores la llamo desde el patio, fue a ver y olvido apagar la hornalla; al entrar la cacerola humeante le aviso del triste final.
Recordó las palabras de su madre “sos una cabeza de alcornoque, por lo obstinada”; sonrió y pensó en hacer pan casero “no puede ser tan difícil, es solo harina y agua con levadura”, busco todos los elementos y en un minuto la masa estuvo lista, la cubrió y dejo en lugar tibio; al regresar el milagro estaba hecho, el amasijo había fermentado, estaba hermoso; lo miro extasiada ¡por fin algo le había salido bien! Y se quedo mirando la masa, no quería inferirle ningún daño ¡era fantástico! Y se quedo ahí solo admirándola embobada
La masa creció y creció, salió de su recipiente a la mesa y se derramo por el piso pegando sus pies al suelo
Y ahí estuvo varios días sin que nadie la rescatara…


Acerca de la autora:  Paula Duncan

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