miércoles, 10 de octubre de 2012

La cadencia de la sangre vs el teclado — Cristian Cano


La inmediatez crea las peores falencias que, como en esta vida, pagan los próximos herederos. Presionando teclas va tomando forma un atrevido, un insolente, un inminente desastre, como también se potencian los amores que nadie olvida. El atrevimiento de las ideas no se tamiza. No se puede desconectar el mundo creado, de su creador. Siempre queda algo entre los renglones, bajo de las palabras, detrás de las comas. También aprecio la lógica rapidez en el mundo de lo imperioso, hay el brillo de una gema prometedora, hay la sentencia de lo efectivo que nos acompaña, hasta nuestro inseguro sin final. Más me gusta la aireada textura de un lento peinado, de un respiro con bases.

El resultado es siempre una completa realidad que intenta completarnos, una dimensión que decide querer corregir nuestros viejos errores. ¿O, acaso, esa no es la finalidad de la escritura? La indomable franja de naturalidad entre lo escrito y la vida. Su objetivo, restituir errores y sortear la soledad.

Acerca del autor: Cristian Cano

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