domingo, 22 de enero de 2012

El planeta de la memoria - Sergio Gaut vel Hartman y Ada Inés Lerner


Si observabas desde atrás de la línea de árboles, el muro de piedra no existía. Pude ver a todos mis compañeros de colegio corriendo y jugando, incluso a los que habían muerto años atrás, y también vi la playa de arena azul, que continuaba hasta fundirse con el mar. Di unos pocos y vacilantes pasos y me acerqué hasta el monolito, delgado como un cuchillo, pero no me atreví a tocarlo. Luego regresé al mirador y me senté a contemplar el cielo, libre de sombras y reflejos. Desde el mar me llamaba una niña, parecida a Clarita, mi hermana. Ése era un recuerdo de los que inflaman y arden en el corazón. La noche, las estrellas me liberaran de este infernal planeta de la memoria, pero también había placer en esta retrospectiva, era un instante de libertad incontrolable, desafiante. Paloma, mujer o pez vendrá a liberarme, quizá la misma muerte porque no siempre la muerte puede detener la vida. Aunque este monólogo era silencioso estoy segura que alguien me escuchaba, quizás dentro del monolito estaba algún dios primitivo.

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