sábado, 26 de febrero de 2011

El ángel terrible I - Daniel Frini



El hombre amaba los textos de Yasunari Kawabata.
Llevado por su «País de nieve», viajó a Japón y visitó, en enero y con un frío intenso, las montañas donde jóvenes mujeres vírgenes, en la penumbra de sótanos asfixiantes de humedad y calor, sumergen los capullos en agua hirviente, devanan la seda Chijimi y tejen las finísimas telas que luego son puestas a secar, un día y una noche enteros, sobre la nieve pura hasta que adquieran la blancura inmaculada y se impregnen del Yuki no seishin, el espíritu de la nieve, y lo transmitan a quienes las vistan en los tórridos veranos de Tokio.
El hombre bajó del tren que lo llevó a las montañas y buscó, en las posadas, a su geisha Komako. La encontró: se llamaba Aiko. Pretendió el mismo amor puro, bello e intocablemente perfecto de los personajes de Kawabata; pero la primera vez que Aiko se desnudó frente a él, desechó cualquier ceremonia y sucumbió a la fragilidad y la delicadeza desenfrenadas que encontró bajo la máscara de recato que el estereotipo social imponía a la joven. Y se quemó en su llama apenas estuvo dentro de Aiko por primera vez y ella lo envolvió con sus piernas mientras acariciaba suavemente su boca.
―Llévate mis lágrimas contigo —dijo ella. Y fue la última vez que habló.
El hombre se quedo para siempre a su lado. Nunca más hubo palabras entre ellos. Y su amor cristalizó en algo mucho más hermoso que la mismísima seda Chijimi.

4 comentarios:

Sergio Gaut vel Hartman dijo...

Un texto notable. Lo de "El ángel terrible I" induce a pensar en una continuación. ¿Existe esa continuación o es una broma del autor?

Javier López dijo...

Hermoso texto, Daniel. Yo también tenía mis dudas con el título, sobre todo por lo de "terrible". Eso sí, me pareció terriblemente bueno.

Daniel Frini dijo...

¡Muchas gracias, Sergio y Javi!Hay parte II y parte III, pero cada una es independiente. de las otras. Está pensado como una trilogía de relatos cortos. Lo de "ángel terrible" se resuelve en la parte III, y tiene que ver con un verso de Rilke y una particular visión del amor: "La belleza es el principio de lo terrible. Todo ángel es terrible."

Javier López dijo...

Gracias por la aclaración, Daniel. Espero el resto de la trilogía!!!