martes, 21 de septiembre de 2010

Mi hobby – Héctor Gomis


Siempre procuro empezar despacio, sutilmente. Lo más importante es que no se note el veneno, hay que introducirlo poco a poco, sin que la victima descubra su destino hasta que ya sea demasiado tarde. En ese momento es cuando me descubro, enseño mi verdadera cara y me deleito con el terror pintado en sus ojos. Normalmente no reaccionan, tardan demasiado en asimilar su situación, y cuando lo hacen ya es irremediable, Sus caras se contraen formando una mueca muy divertida, sus pupilas se dilatan, los labios tornan su color a un azul pálido, y luego, poco a poco, puedo observar como se les escapa la vida. Algunos se mean encima, eso no me gusta, rompe la magia del momento, pero ya he aprendido a ignorarlo. Lo importante es quedarse con esa última imagen, el momento justo en que se traspasa la puerta y se apaga la vida. Ese es el momento que no hay que perderse, si no todo lo demás pierde el sentido.
Hace tiempo que distraigo mi aburrida vida con esta ocupación, y me ha procurado grandes momentos de placer. No se que hubiera hecho sin mi pequeño divertimento, seguramente me habría vuelto loco. Y lo más extraño es que todavía no se por qué lo hago, al principio creía que tenía un significado, un fin, pero realmente sólo es algo que me distrae. Todavía no he encontrado nada que me proporcione más paz que ver como una vida se apaga, y claro, como a la gente no le da la gana morirse sola, no tengo más remedio que ayudarlos. Se que no se me comprende, y que se dirán muchas cosas feas de mí, pero no hay que darle más importancia que la que tiene. De pequeño hacía lo mismo y nadie me decía nada, cuando quemaba hormigas con la ayuda del sol y mi lupa, a mis padres les parecía algo divertido e ingenioso, ¿y acaso no son también criaturas del señor?
Se que tarde o temprano alguien me descubrirá y no podré continuar. Cometeré algún error estúpido, probablemente por la tensión del momento, y dejaré alguna pista que les lleve hasta mí. En ese momento me encerrarán y me impedirán volver a matar. Será un fastidio, me tocará buscarme otro hobby. Igual me pongo a estudiar solfeo, puede ser divertido, aunque desde luego, nunca será lo mismo.


Tomado de: http://uncuentoalasemana.blogspot.com

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